Granada, Bohemia Jazz Café, 15 de febrero de 2014.
Granada, Bohemia Jazz Café, 15 February 2014.
En el Bohemia se agolpan los libros y cachivaches vintage en las estanterías, las fotografías y recuerdos en las paredes, la gente en las mesas. Los sábados, además, los acordes brotan de las manos, memoria y corazón de un pianista ya anciano, silencioso y de traje. Un cartel a la entrada del local anuncia el comienzo del espectáculo a las once de la noche, pero el placer de la música se hace esperar. Las miradas se concentran, expectantes, sobre el hombre que, encaramado a un taburete de madera oscura, se sienta a la barra del café, consume quizá alguna de las bebidas de fantasía de la carta. Se sabe que es él quien ha de acariciar las teclas del piano negro como se sabe que la nieve es blanca o que dos más dos son cuatro, porque sus pasos y su presencia son los de un discípulo de Euterpe.
Las once y cuarto. Piano jazz y tú te pides un zumo de guayaba rosa.
At Bohemia Jazz Bar Café, books and vintage pieces and tchotchkes pile on the shelves, walls are covered with old photographs and memories and people fill the tables. Saturdays are also for the chords played by an already elderly, silent, suit-wearing pianist. According to a sign at the entrance, the show is scheduled for 11 pm, yet the pleasure plays hard to get. All eyes are on the man who, perched on a dark wood chair, sits by the counter, perhaps sipping at one of the fancy drinks from the Café's list. You know that he is about to caress the piano keys the same way you know that the snow is white or that two plus two equals four, for his steps and appearance are suitable for a disciple of Euterpe.
The waiter save for some lucky clients the tables closest to the music spell. Conversations tone down, as if following a secret sign.
Quarter past eleven. Piano jazz plays and you order a pink guava juice.
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