sábado, 9 de noviembre de 2013

Humanos de Pekín / Humans of Beijing


Pekín, Centro de Deportes Olímpicos (alrededores), 9 de noviembre de 2013.

Beijing, surroundings of the Olympic Sports Center, 9 November 2013.

¿Puedo haceros una foto, por favor?
Miré a mi amiga, mi amiga me miró a mí.
A mí me da igual, en realidad. De todas formas, yo también les acribillo a fotos en cuanto tengo ocasión.
—En fin, qué más da, imagino —mi amiga se encogió de hombros, con una expresión ligeramente sombría—. Aunque, ¿qué demonios harán con nuestras fotos? 
—Ni idea. Mientras no las pongan en un sitio porno.
—Vaya, ojalá no.
Así que posamos para nuestro inopinado fotógrafo, armado con una Nikon de dimensiones tan respetables como su propia edad. Dos occidentales jóvenes y de apariencia similar convertidas en el mono de feria del recinto olímpico de Pekín en una tarde de otoño. El buen hombre nos sacó todo un catálogo de fotografías, tras lo cual procedió a pasarnos la cámara a cada una de nosotras para sacarse sucesivas fotos con la otra, bien agarrado a ambas y tan contento. 
Cuando le devolví la Nikon, pensé que lo menos que me debía era una aparición aquí.
—Pose usted también, por favor —le indiqué, en un chino que cada día lucho por mejorar—. Así, agarre la cámara. Muy bien. Espere.
Con todo, creo que no me entendió del todo. Disparó al mismo tiempo que yo.

'Can I please take a photo of you both?', requested the old man.
I looked at my friend, my friend looked back at me.
'I honestly don't care that much', I finally said. 'I mean, I do bombard them with photos every chance I get, too.'
'I guess it's just fine', shrugged my friend, with a slightly somber look in her face. 'But, hey. What the hell will they do with those pics?'
'I don't know. As long as we don't end up featuring some random, sordid porn site.'
'Yuck, I hope that's not the case.'
And so we posed for our unexpected photographer, already an elderly man, armed with this really large, badass Nikon. Two young Westerners, somewhat similar to each other, turned into pretty much the main attraction in the olympic facilities on an Autumn evening in Beijing. This old dude had quite the photoshoot with both of us, and then had the nerve to ask each of us to snap yet another picture of him with us both. He would of course grab us, like some precious treasure, with this happy look in his face. 
When I finally handed him his Nikon back, I thought, hey. The very least you owe me is a star role in my blog. 
'Now you too will pose for us', I told him, in a wobbly Chinese that I try so hard to improve on a daily basis—. There, hold your camera as if you were going to take a picture. Good. Now wait a bit.
Still, I think he did not really fully understand me. We pressed the button simultaneously.
Oh, well. Bless his heart, I guess. I hope.

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