viernes, 1 de agosto de 2014

Carne de vainilla y zumo de espino / Vanilla Meat and Sea-Buckthorn Juice


Pingyao, 24 de mayo de 2014.
Pingyao, May 24 2014.


Situada en la provincia de Shanxi, Pingyao es una ciudad fundada en el siglo XIV que exhibe como principal atracción turística el excepcional nivel de conservación de sus calles y edificios. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y, mientras el turismo no la estropee demasiado en el futuro, es una gran oportunidad, posiblemente la mejor, para ver una ciudad Han medieval. 

Located in Shanxi province and founded back in the 14th century, Pingyao relies on its exceptionally well-preserved streets and buildings as the main appeal as a tourist destination. The town was declared a World Heritage Site by the UNESCO and remains nowadays a great chance —perhaps the best one— for travellers to immerse in the classic atmosphere of a Han Chinese medieval town.

Como la explicación de la Wikipedia no nos bastaba, en mayo nos escapamos a verla un fin de semana. El momento en que dejamos la pequeña taquilla junto a la Minzu, billetes en mano tras diez minutos mínimo de preguntas y comprobaciones, nos pareció un milagro o el sello de nuestro destino aciago. Más bien lo segundo, tras un primer intento fallido de ir con la universidad y un plan posterior del que fueron descolgándose todos menos quienes al fin quedamos. Pingyao solo puede ser un éxito o un fracaso total, nos dijimos mientras bajábamos la calle en plena euforia, esa avenida universitaria en la que los puestos de comida rápida se mezclan con las tiendas de regalos, los restaurantes, las papelerías, las boutiques terribles y los salones de belleza. 

Since Wikipedia did not sate our curiosity, we decided to do a little weekend trip to Pingyao in May. Getting to finally leave the teeny tiny office next to Minzu University, the train tickets safe in our pockets, after no less than ten minutes of queries and checks, felt as either a priceless miracle or the seal of our ill-fated destiny. It rather, truly seemed like the latter — a failed attempt to hit Pingyao with our uni, followed by a seemingly equally doomed personal plan to which only two of us would finally stick. With such a rosey prospect, we agreed, Pingyao could only be either a notorious fail or a great success, and so we carried this certainty with us, still feeling euphoric, as we strolled down the avenue that leads back to our campus, filled with an unmistakable student atmosphere and a hectic mix of fast-food stalls, eateries, gifts shops, stationer's shops, unfortunate boutiques and beauty parlors.

Al final, Pingyao fue un éxito casi imposible de creer, tanto que aún pienso en cómo escribir una crónica que le haga justicia. Fue un fin de semana feliz el que pasamos en aquella ciudad pequeña y aún tranquila, tachando viejas casas en el mapa, recorriendo las dos terceras partes de la muralla y buscando la buena fortuna,  (福), por los rincones. 

Pingyao, however, would prove to be the former option — a big fat success, so much that I am still pondering how to write a travel chronicle worth of those days. We spent a happy weekend in that small, still calm town, crossing ancient dwellings off our fancy map, hiking our way through two thirds of the local wall and searching the corners for good fortune,  ().

En realidad, el único punto en contra de Pingyao es su oferta culinaria. Cuando uno se resignaba a no encontrar alternativas occidentales decentes, el menú del resto de restaurantes te ofrecía siempre el mismo puñado de alternativas: fotos de platos difíciles para el guiri medio a los que acababan de rematar el precio y, por encima de todo, las traducciones. Las guías de Pingyao no mencionan que es un entorno sin igual para el disfrute del chinglish más salvaje: "características del culo de Hunan", "tira de la piel", "un podrido". La primera noche aceptamos con hambre e ingenuidad la apuesta: dos cervezas, un plato de "la antigua ciudad de Frito" (arroz tres delicias) y otro de una carne similar a la cecina, también especialidad local. A la mañana siguiente, resultaba difícil conjurar la fe y el optimismo necesarios para seguir explorando los sabores locales.

If you still insist on me pointing a not-so-shiny aspect of our trip to Pingyao, that would be the local food. Once you gave up on finding decent Western alternatives, the rest of restaurants would all offer the same menu, a big red sign depicting a series of challenging specialities for the average, picky Western tourist, their potential appeal weighed down by the prices and, above all, the translations below each dish. I have yet to find a Pingyao guide that features the town as a unique environment to indulge in the joys of some of your wildest Engrish fantasies — 'Characteristics of Hunan Ass', 'Pull The Skin', 'A Rotten'. On our first night there, hunger and naïveté made us settle for a small restaurant next to our youth hostel — two beers and the forgettable sampling of some 'Ancient Town of Fried' (good ole three delicacies fried rice) and some kind of cured meat, also a local flavor. It proved difficult to muster the necessary faith and optimism to try our luck the following day.

Bienaventurados los valientes, porque de ellos será el reino de las papilas gustativas. Si alguna vez visitáis Pingyao, y nunca digáis nunca, descubriréis que sus calles huelen a vainilla. Seguid el aroma y llegaréis a cualquiera de los puestos en los que se vende el tentempié local estrella, la "carne fragrante" o xiāngcǎoròu (香草肉): albóndigas de carne de pollo o ternera envueltas en tofu y vainilla que a continuación se cocinan al vapor. El olor a vainilla, en realidad, es el de una hierba local que confiere aroma y sabor a este snack callejero. Probadlo con mentalidad abierta y sin perros hambrientos cerca, y regadlo con una botella de eso que parece zumo de melocotón pero no lo es: shājízhī (沙棘汁), espino cerval de mar. Y es que no todo es Pekín y el pincho de escorpiones en Wangfujing, camaradas laowai.

'Verily, verily I say unto you, that whosoever dare to try new flavours shall be blessed, and shall entereth the Kingdom of Taste Buds.' Should you ever visit Pingyao —never say never —, you will find out that its streets smell of vanilla. Follow the scent that will lead you to any of the town stalls and ask for the star street snack, 'Vanilla Meat', also known as xiāngcǎoròu (香草肉), 'fragrant straw meat'. It consists of a chicken or beef meatball, wrapped in a first thin layer of bean curd and a second layer of vanilla, steamed to a small, neatly wrapped roll. The scent of vanilla comes in fact from a local grass that gives this snack its characteristic aroma and flavour. Give it a go with an open mind and no hungry dogs around, and do not forget to wash it down with some of that juice that tricked you into thinking you would drink some sort of peach nectar — it is actually sea-buckthorn juice, shājízhī (沙棘汁). A nice reminder that there is life beyond Beijing and the trite deed of eating scorpions in Wangfujing.

lunes, 28 de julio de 2014

Flamenco a pie de calle / Street Flamenco





Granada, 27 de julio de 2014, Plaza de las Pasiegas (Catedral)
Granada, 27 July 2014, Plaza de las Pasiegas (Cathedral) 

Flamenco a pie de calle lleva ya cosa de un año ofreciendo su arte allá donde pueden: normalmente, en los aledaños de la Catedral; si no les dejan o surge otra oportunidad, sirve cualquier sitio en el que haya espacio suficiente para arrancar por bulerías. No todos son españoles, ni falta que les hace para tener el duende. Bailan, taconean y cantan con una sonrisa para todo el que se sienta a verles actuar.

Ayer los encontré en una de esas salidas que hago cuando quiero perderme por la ciudad con la cámara y ver con qué vuelvo. Me habría gustado echar una moneda al sombrero, pero me pilló sin nada encima. Si veis esto, espero que las fotos al menos os gusten. Para el sombrero queda verano.

Flamenco a pie de calle (Street Flamenco) has been performing around for about a year now. Their shows take place wherever they can they normally stay at the Cathedral square, but if they are not allowed to or manage to find any other chance, anywhere will do as long as there is place enough to burst into song, clap and dance, the Andalusian way. Some of them are Spaniards, some of them are not not that it matters as long as you feel that certain magic of flamenco. These guys (and girls!) will dance, tap with their heels away and sing with a smile on their faces for everybody that cares to stop by and enjoy their show.

I found them yesterday, which just happened to be one of those days when I feel like grabbing my camera and wandering the streets of Granada, just to try and see what I bring back home with me. I searched my purse to find a little something to throw to the hat, only to find that I did not have any dough with me. Boo. Oh, well. If you happen to find yourselves here, I hope you like these photos. As for the hat, hopefully there is still plenty of summer left.

domingo, 27 de julio de 2014

Madrid - Granada



Madrid-Granada, ALSA, enero de 2014.
Madrid-Granada, ALSA, January 2014.

Un viaje de vuelta se corresponde siempre con la figura de un gráfico. Esta comparación es válida para todo el mundo, sin importar cuál es el punto A, cuál el punto B, las características de ambos, la distancia que media entre ellos. Un gráfico con una línea que comienza su actividad en un momento determinado, un cruce de circunstancias concreto, y después va en ascenso, sin prisa pero sin pausa. A esa evolución sigue, irremediablemente, una altura máxima, un techo intangible pero cierto: es el auge del viaje. Cabría pensar que el auge coincide con su final, pero no es así; el viaje aún continúa, solo que a partir de ahí la línea emprende un descenso que solo acabará al llegar a casa de verdad, al soltar las maletas en el suelo y tu cuerpo, baldado por el viaje, sobre el colchón de tu cama (ya no recordabas cómo era tu propia cama, ¿verdad?).

There is this ideal image to compare a return trip to  a graphic chart line. This comparison remains valid for everyone, regardless of point A and point B, the features each of them could possibly have, the distance between both of these two destinations. A graphic chart line, its activity to be understood in a certain moment, the result of quite a precise intersection of circumstances, and then bound to rise, slow but steady. Such a line is inevitably meant to be followed by a subsequent maximum, a ceiling that might seem intangible but remains positively true — the trip has reached its peak. You would think that such a word in this context would logically imply the end of the trip  and you would be wrong to believe so. The return trip still goes on, and so does our graphic chart line, if only a descending one from now on, the bottom point to be reached only when you really get home, like the actual place where you live, and your baggage hits the floor just like your tired, knackered body will slump the mattress of your own bed. Oh, and since we are talking about your bed, you did not remember what it felt like, did you?

Auge y caída del Imperio Romano. Piensa en un libro de texto que contase tu propia historia. Piensa en la cronología que incluiría cada uno de tus viajes.

Rise and Decline of The Roman Empire. Try to think of a textbook that would deal with your very own history. Try and think of the chronology that would include each of your travels.

Para cada uno, no obstante, auge y caída suceden en distintos momentos a lo largo del viaje. Hay quien experimenta esa línea ascendente mientras prepara las maletas de regreso, cuando descubre que no le caben la ropa ni los regalos después de guardar todos los recuerdos intangibles que, una vez en casa, solo conservarán sentido, color y dimensión para uno mismo. El auge llega en el momento de la despedida, o cuando el punto A pasa zumbando, la última imagen que se tiene de él, tras la ventanilla del coche. A partir de ahí, la línea ya solo desciende: en el mostrador de facturación, en la espera tras encontrar la puerta de embarque, en el avión, entre las nubes. Hay quien lo siente todo como una evolución continua hasta el momento justo de entrar por la puerta de casa, el hogar es la cúspide y el descenso solo llega a la mañana siguiente o días más tarde, cuando se produce el regreso definitivo del viajero: no solo su cuerpo ha regresado, también su corazón. 

Admittedly, though, these rise and decline will happen at a different time for each of us. There are those who will experience that rising line while packing and getting ready to go home, a stage that comes with the shocking certainty that you will not be able to pack all your clothes and presents because your luggage is already bursting at the seams with intangible memories that only you will be able to decipher once you get home, their colours, sense and measurements only there for yourself. Then there comes the peak — the time to bid your farewells, perhaps, or maybe that moment when your last visual memories of point A zoom past the window of the car taking you to the airport. From then on, our dear line is only meant to go down — at the check-in desk, waiting after finding the right gate for your flight, while in the plane, a tiny moving point inbetween the clouds. And then there are people who would say the whole trip is an endless rise, up until that moment when you enter home, 'home' meaning 'peak', the decline set to happen the morning after or a few days later, when the traveller is now definitely back home, body and heart finally reunited.

Para mí, la línea asciende hasta el mismo momento de subir al avión, y el vuelo es una fase estacionaria: ya he dejado atrás el nerviosismo de los preparativos pero mantengo un agradable nivel de alerta: lo que acabo de dejar atrás, aquello a lo que regreso, las comodidades del avión, el paisaje tras la ventanilla, la persona que viaja a mi lado, la lectura del momento en mi Kindle. 

Personally, my line goes up until the very moment I board my flight, which serves as some sort of temporary stage, a straight line. Gone are the nerves from the pack-and-peace-out phase and yet I remain pleasantly alert, focusing on a variety of things — all that I just barely left behind, all that I am coming back to, the many conforts of my flight, the landscape at the other side of my window, my travelling companion, the current read in my Kindle. 

Mi fase de descenso comienza siempre en Méndez Álvaro y se extiende a lo largo de los kilómetros entre Madrid y Granada. España solo me alcanza cuando subo las escaleras mecánicas y me encuentro en la estación de autobuses, con sus colas en las taquillas, sus pantallas informando de llegadas y salidas que ahora solo son nacionales, la gente derrengada en los asientos metálicos, las máquinas expendedoras, la selección de sándwiches de Rodilla, la cafetería y el quiosco de prensa, la escalera mecánica hacia las dársenas, con sus anuncios de ofertas de viajes con eslóganes tentadores y melosos y los carteles que te recuerdan que has de ser precavido contra los posibles robos y extravíos. Soy consciente por fin de estar en mi propio país cuando busco la postura menos incómoda en el asiento del autobús y, con la cabeza apoyada en el grueso cristal de la ventanilla, reconozco el paisaje y distingo las poblaciones, letras blancas en los carteles azules. Ahora que ya me he despedido de todo cuanto se cierra con un adiós o un esperanzado hasta luego, ahora que mi lengua materna me acoge de nuevo en su seno, solo ahora mi cuerpo acusa por fin el cansancio, solo ahora admito empezar a contar en pasado lo que yo cifro aún en presente. Era, éramos, ha sido, fue. Tiempos verbales y sus crueldades sutiles.

My own personal decline starts always at Mendez Alvaro, extending along the kilometres between Madrid and Granada. Spain only catches me up when I go up in the escalator and into the bus station which could be portrayed through its many details — the queues for the ticket windows, the screens giving information on arrivals and departures that are not international anymore, people aching all over the metallic seats, the vending machines, sandwiches at Rodilla, the cafeteria and the press kiosk, the escalator leading to the bus shelters, bus travel offers popping up here and there with tempting, cheesy eslogans. I am only aware that I am now in my home country when I try and look for the less uncomfortable position to adopt in my bus seat and, resting my head on the thick window glass, I recognise the landscape outside and the name of the towns, white letters on the blue signs. Now that I have said 'goodbye' or a hopeful 'see you later' to everything that could possibly be waved off and closed with such words, now that my mother tongue lovingly takes me in once again — only now will my body acknowledge its weariness. Only now will I finally start using the past tense for all that I still tend to refer using the present. It was, we were, it has been, it had been. Oh, verb tenses and their subtle cruelty. 

Son cinco horas de Madrid a Granada, cinco horas que se alargan y extienden sobre la carretera como aquel chicle kilométrico que todos los niños de los noventa recordamos emocionados cuando alguien lo nombra. Me llega el sueño y me entrego a él para desgracia de mi cuello, mientras pienso en esa frontera extrañamente adecuada de Despeñaperros, una línea más, a juego con el punto de inflexión que llevas siempre dentro en un viaje de regreso.

It takes about five hours to go from Madrid to Granada, five hours that seem to spin out and extend along the road, just like that kilometric bubble gum known and dear to every nineties' child, a cherished memory that everybody will excitedly recall whenever somebody mentions it. I let myself drift off despite of the neck pain that will surely follow the sleep, all the while thinking about that weirdly appropiate frontier marked by Despeñaperros, barely another line and yet seamlessly matching that turning point that you always carry within yourself in every return trip.

domingo, 18 de mayo de 2014

Greensleeves


Parque del Templo de la Tierra, Pekín, 17 de mayo de 2014.
Temple of Earth Park, Beijing, 17 May 2014.


Las nervaduras como un esqueleto vegetal, armazón del verde que está llamado a marchitarse rápido pero por ahora permanece fresco, tierno al contacto con la mano, cerca de la flor, junto a la madera.

domingo, 11 de mayo de 2014

Moonglow Burlesque







Pekín, Modernista (Baochao Hutong). 10 de mayo de 2014.
Beijing, Modernista, Baochao Hutong. 14 May 2014.

Blanca y radiante va la novia.
Oh, here comes the bride.

sábado, 19 de abril de 2014

De la soledad y la prohibición / On Solitude and Forbidden Things


Pekín, Ciudad Prohibida, Li Jing Xuan (Pabellón del Hermoso Escenario), 19 de abril de 2014.
Beijing, Forbidden City, Li Jing Xuan (Pavilion of Beautiful Scenery), 19 April 2014.

Pues no es otro el anhelo del ser humano, antes como ahora: que donde hubo soledad se llenen los espacios vacíos, que lo que está prohibido se le conceda un día.

For this is the very only desire that human beings have always cherished and kept dearest to their hearts — filled voids where there only used to be solitude, the joy of indulging in what was once forbidden for us.


viernes, 18 de abril de 2014

Estaciones / Stations


Pekín, Distrito 798, marzo de 2014.
Beijing, 798 District, March 2014.

"Pero primero edifica la estación. Una estación especial para ella."

(Los años de peregrinación del chico sin color, Haruki Murakami)

Una estación especial para cada uno de nosotros, para aguardar en ella nuestro tren, para soñar en ella que salimos de viaje, que nos esperan otros lugares, otros días, otras personas. Para regocijarnos de antemano con la alegría inmensa de encontrar el destino correcto.

But you have to build that train station first. Her own, unique station. 

(Colorless Tsukuru Tazaki and His Years Of Pilgrimage, Haruki Murakami)

Our own, unique station, one for each of us out there, for us to patiently wait our train there, for us to dream there that we go on a trip, that other places, days and people are waiting for us. For us to rejoice in advance at the immense joy of finding the right fate.